Por Iván García-Nisa @ivangarcianisa, vocal de Educación, Divulgación y Comunicación de la @Apespain | educacion@apespain.org

Uganda es una república africana colindante con Kenia, la República Democrática del Congo y Sudán del Sud, que se extiende hasta la mitad norte del Lago Victoria. Al noroeste de Kampala, la capital del país, encontramos un hermoso bosque tropical, situado en la valle del Rift, conocido como el bosque de Budongo. Si nos adentramos a través de su frondosa vegetación y de sus cuatro ríos principales, nos podemos topar con alguno de los más de 600 chimpancés orientales (Pan troglodytes schweinfurthii) que lo habitan. Entre ellos, en una creciente comunidad alrededor del río Sonso, una hembra chimpancé le muestra la planta del pie a una joven cría, que inmediatamente se sube a su espalda para jugar con ella. Al mismo tiempo, una mujer observa cómo un apuesto macho flirtea en la distancia con una coqueta hembra, rasgando sugerentemente unas hojas verdes entre los dientes. Esta mujer que transcribe el lenguaje de los chimpancés es Catherine Hobaiter y con esta entrevista, intentaremos conocer mejor su historia y su trabajo en el corazón de África.

Primero de todo, desde la APE, queremos agradecerte, Catherine, el haber accedido a realizar esta entrevista.

A lo largo de tu vida has vivido y crecido en países muy distintos, conocido muchos lugares y culturas diferentes. ¿Cómo fueron tus años como estudiante? ¿Qué experiencias en tu vida fueron fundamentales para decantarte por el estudio de la vida salvaje?

Mi familia y yo viajamos mucho durante mi infancia. He viajado tanto que ahora puedo decir que he vivido más tiempo en la estación de campo de Budongo que en ningún otro lugar. Me llevó unos siete años terminar mi carrera en Edinburgo ya que estudiaba durante un año y después me tiraba otro año viajando. Por esta razón, empecé un poco tarde mi doctorado, pero también, gracias a ello, tenía claro que mi pasión era el estudio del comportamiento animal ya que combina lo mejor de la curiosidad académica con la experiencia de poder vivir en lugares increíbles.

Sabemos que tu primer viaje a Budongo fue como voluntaria. ¿Qué te llevó a querer explorar esa región? Cuando te marchaste a Budongo, ¿tenías la intención de realizar un doctorado?

Mi primer proyecto se basaba en observar el comportamiento y la ecología de los babuinos que habitan el bosque. En aquél momento, esperábamos que aquello se pudiera convertir en un doctorado, pero era algo muy nuevo y arriesgado, por lo que decidimos tratarlo como un estudio piloto, así que me marché a Budongo como voluntaria. Al final pude demostrar que había babuinos viviendo en el bosque, pero estaban tan poco habituados que nos llevaría diez años conseguir suficientes datos para un doctorado.

Tu tesis doctoral es el primer estudio sistemático sobre comunicación gestual en chimpancés salvajes. ¿Cómo y por qué decidiste abordar este tema? De todos los gestos que habéis observado y catalogado, ¿cuál es el que más te llamó la atención y por qué?

Mi supervisor en el proyecto de los babuinos, el profesor Richard Byrne, estaba buscando a alguien para poder ampliar al ámbito salvaje el trabajo que él estaba realizando sobre comunicación gestual con simios en cautividad. Estábamos particularmente interesados en poder contestar cuestiones sobre los orígenes evolutivos de la comunicación en simios humanos y no humanos, pero para hacer esto teníamos que aceptar el reto de observar la comunicación gestual en simios en condiciones salvajes, ya que al estar en libertad, esto permite (y requiere de) la completa expresión de sus habilidades comunicativas.

 En cuanto al gesto que me llamó más la atención, es difícil escoger uno. Lo que sí es cierto es que aquellos que nos resultan más familiares por nuestro propio comportamiento son los más fáciles de reconocer al principio, como mostrar la palma de la mano para pedir comida o ahuyentar con la mano a una cría que te está molestando.

Al principio de un proyecto, siempre se ha de elaborar un plan inicial de investigación. Imagino que al tratar un tema tan complejo como el lenguaje con animales salvajes, muchos de los planteamientos iniciales se tuvieron que modificar a medida que avanzaba la investigación. ¿Con qué problemas te encontraste a la hora de aplicar tu esquema inicial? ¿Cuáles son las ventajas y los inconvenientes de estudiar el lenguaje con chimpancés en libertad?

Los grandes simios tienen un rico y complejo repertorio que incluye docenas de gestos, algunos de ellos muy sutiles, así que para poder codificarlos de manera fiable grabamos vídeos en alta definición para poder observarlos tantas veces como fuera necesario. El mayor reto fue cómo hacer esto en un bosque lluvioso como el de Budongo, ya que es una selva oscura, húmeda y raramente puedes ver a más de unos pocos metros a través de los árboles. Si combinas esto con que los chimpancés también son oscuros y raramente se quedan quietos, esto se convierte en una pesadilla a la hora de grabar. Nos llevó meses sentirnos cómodos con esta situación. Incluso cuando podía grabar bien, veía constantemente aspectos nuevos e inesperados de su comportamiento, por lo que teníamos que ir añadiendo nuevas variables a nuestro esquema de codificación. En otras palabras, teníamos que recodificar todo lo que ya se había codificado anteriormente varias veces. Sin embargo, esto era, al mismo tiempo, una buena señal, ya que éramos capaces de contestar preguntas nuevas e interesantes sobre los gestos de los chimpancés.

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Este año pasado, en 2014, publicasteis en Current Biology el artículo “El significado de los gestos de los chimpancés”. Algunos autores han etiquetado los resultados de decepcionantes y han criticado la ambigüedad de algunos gestos. Sin embargo, nos consta que estáis inmersos en un proyecto para estudiar la comunicación desde un punto de vista multimodal; es decir, integrar la comunicación verbal, la gestual, la postura corporal y la expresión facial para entender el mensaje completo. ¿Creéis que la integración de estos cuatro tipos de comunicación resolverá estas ambigüedades? ¿Cómo estáis abordando esta investigación? ¿Qué implicaciones tiene esta nueva aproximación en la evolución del lenguaje humano?

Apenas estamos empezando a rascar la superficie de en cuanto a la comunicación en simios se refiere y, definitivamente, aún tenemos mucho trabajo por delante. De alguna manera, las ambigüedades son los casos más interesantes. El lenguaje humano puede ser muy ambiguo ya que podemos cambiar el significado de una palabra combinándolo con otras palabras u otras señales como las expresiones faciales, o incluso solamente con la entonación. Toda esta flexibilidad nos proporciona un sistema de comunicación muy poderoso. Para mí, la ambigüedad que encontramos en nuestro estudio es un indicador de la complejidad de la comunicación en los chimpancés, y por supuesto, nos dice que aún hay mucho trabajo por hacer.

Estos estudios con los chimpancés salvajes de Sonso son posibles gracias a la existencia de la Budongo Conservation Field Station, que se construyó en los años 90 para responder a los problemas de conservación en la región, como la sobreexplotación de los recursos o la tala ilegal que afectaba a muchas de las especies que habitaban la zona, como los chimpancés. ¿Nos podrías explicar brevemente cuáles son los objetivos y proyectos principales de la Field Station? Desde que existe la estación, ¿en qué sentido ha cambiado la situación de conservación en la zona? ¿Cuáles son las amenazas a las que se enfrentan los chimpancés de Sonso actualmente?

El fundador, Vernon Reynolds, primero trabajó con los chimpancés de Budongo en los años 60, pero la política inestable de Uganda en aquél momento provocó que la investigación se paralizara. En ese momento, operaban en África oriental los grandes aserraderos, y mucha de la caoba que se exportaba a Europa provenía de Budongo. Incluso cuando esto se paralizó para plantar caña de azúcar, la explotación forestal y la desforestación continuaron. Cuando Vernon regresó a finales de los 80, estaba claro que se necesitaba una rápida actuación en el lugar. Así, él estableció la BCFS con dos objetivos paralelos: investigación y conservación. Hoy en día, veinticinco años después, somos una gran estación de investigación, tenemos estudiantes e interinos de universidades tanto locales como internacionales, proyectos sobre cualquier tema, desde comunicación gestual en chimpancés hasta ecología de anfibios, y programas de conservación que van desde la extracción de cepos hasta el monitoreo de la salud humana y la fauna salvaje. Nuestra presencia en el bosque ha reducido sustancialmente los riesgos a los que se enfrentaban los chimpancés de Sonso. Sin embargo, cuando empezamos recientemente a trabajar con un grupo vecino (Waibira) cuyo rango es tan sólo de un kilómetro desde nuestro campamento, encontramos que éstos todavía estaban expuestos a altos niveles de explotación forestal y captura. Estas amenazas han disminuido ahora en Waibira, pero todavía hay mucho bosque sin cubrir, por lo que el trabajo continúa. Aunque los cepos se ponen para atrapar potamoqueros y cefalofos, los chimpancés caen a menudo en éstas trampas. Algunos tienen suerte de escapar con heridas leves, pero en muchos casos, las manos y los pies son permanentemente paralizados o incluso amputados por los cables. En aquellos individuos que sobreviven a la infección y el shock, las secuelas tienen un impacto de por vida. Los machos que se quedan incapacitados por culpa de los cepos tienden a quedarse como machos de bajo rango en la jerarquía gran parte de su vida, mientras que las hembras pueden tener muchas dificultades a la hora de cuidar de sus crías.

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Uno de los grandes logros que habéis conseguido en los últimos años es la posibilidad de poder estudiar una segunda comunidad de chimpancés. ¿Cuáles fueron las dificultades a la hora de poder ampliar vuestra investigación a una segunda comunidad? La comunidad de Sonso tardó casi dos décadas en habituarse a la presencia humana. Sin embargo, la habituación de esta segunda comunidad se consiguió en menos de dos años. ¿Qué factores influyeron en la rápida habituación de este segundo grupo? ¿Nos podrías explicar cómo y en qué momento se determina la completa habituación de un grupo de animales salvajes a la presencia humana?

Los chimpancés de Waibira todavía no están habituados del todo. Lleva muchos años conseguir esta habituación, pero con tan sólo cinco años de trabajo, hemos conseguido ver grandes progresos y estamos empezando a poder realizar proyectos de investigación más grandes, lo cual es mucho más rápido de lo normal. Un factor importante es que ahora tenemos, en Waibira, cuatro hembras inmigrantes completamente habituadas que provienen de la comunidad de Sonso. Estas hembras parece que han tenido un impacto sustancial en los otros individuos de Waibira, los cuales permanecen con nosotros por mucho más tiempo y a distancias más cortas cuando estas hembras están presentes.

Otras áreas de investigación que forman parte de tu currículum y que se tratan des de la Budongo Conservation Field Station son la transmisión cultural y el aprendizaje social en chimpancés. Una de las conductas más llamativas de esta especie es el uso de herramientas, como las esponjas elaboradas con hojas para beber agua. En vuestra última publicación en PLOS Biology, dais a conocer dos innovaciones en este comportamiento instrumental de los chimpancés de Sonso que se dieron tras el descubrimiento de una nueva fuente de agua: la incorporación de musgo en la elaboración de la esponja y su reutilización. ¿Podrías relatarnos cómo fue el momento en que os disteis cuenta de que acababan de inventar una nueva conducta?

Me di cuenta de inmediato de que estaba presenciando algo que no había visto antes. El uso instrumental es siempre interesante, pero tardé en darme cuenta del impacto que esto supondría. Estaba centrada en su comunicación; había mucha competencia para acceder a la fuente de agua y fue crear el gesto y capturar el cielo. No fue hasta que discutí mis observaciones con un compañero que trabaja en los aspectos culturales del comportamiento (Thibaud Gruber) que nos dimos cuenta de lo que podríamos tener entre manos. Debido a la naturaleza del sitio pude grabar a todo el grupo cada día durante todo el día, lo que es increíblemente raro, pero esto nos condujo a este afortunado efecto colateral de poder trazar exactamente quién observó qué y ver cómo se transmitía esta conducta en el grupo. Fue una de esas increíblemente bienaventuradas ocasiones en que estás en el lugar adecuado en el momento adecuado.

Para terminar, nos gustaría saber qué investigaciones estáis llevando a cabo actualmente y qué proyectos futuros tenéis en mente.

Ahora mismo continúo con mi trabajo en Budongo, pero también estoy visitando a otros grupos de chimpancés. Sabemos mucho sobre la comunicación gestual de los chimpancés de Sonso, pero en términos de comprender el significado de sus gestos, se trata de mucho más que estudiar el lenguaje en un pequeño poblado e intentar describir la comunicación humana. Los estudios sobre el uso instrumental nos han enseñado cuan diverso puede ser el comportamiento de los chimpancés y esperamos que comparando grupos podamos contestar cuestiones claves sobre aspectos de la comunicación de los cuales sabemos muy poco, como es el aprendizaje social. ·